¿Maravillas? de la autoedición

Supongo que de la misma manera que yo, muchos de los que también os dediquéis a la escritura, a uno u otro nivel, habréis recibido en los últimos días un correo con un artículo en el que se nos habla de las ventajas de la autoedición, remitido (como no podía ser de otra manera) por una persona que trabaja en una «editorial» de autoedición. No creo que haga falta explicar por qué pongo la palabra editorial entre comillas.

El 27 de enero de 2009 el New York Times, en un artículo titulado “Prosperan las empresas de autopublicación” descubre que “casi todas las editoriales de Nueva York están despidiendo editores y haciendo economías. Las librerías pequeñas están cerrando, mientras que las grandes cadenas despiden personal o exploran declararse en bancarrota. Al mismo tiempo, hay un segmento de la industria que en realidad prospera gracias al sueño de los aspirantes a autores de ver su obra entre la tapa y la contratapa de un libro, por lo que las compañías que cobran por publicar están creciendo rápidamente en momentos en que las editoras tradicionales pierden terreno.”


“Mientras que las editoriales tradicionales recortan las listas de sus publicaciones y se dedican cada vez más a los best sellers, las compañías de autopublicación multiplican sus títulos…


“En el 2008, Author Solutions, que tiene su sede en Bloomington, Ind. y maneja iUniverse y otras editoras que publican por encargo, entre ellas AuthorHouse y Wordclay, editó 13,000 títulos, un 12% más que el año anterior…


“Este mes, la compañía, que es propiedad de Bertram Capital, compró xLibris, una empresa rival, con el fin de expandir su perfil en un mercado de rápido crecimiento. La compañía combinada se encargó de 19,000 títulos en el 2008, casi seis veces más que los publicados el año pasado por Random House, la empresa editorial que más libros que no son de ficción publica en el mundo…


“En el 2008, en Estados Unidos se publicaron o distribuyeron 480,000 libros, mientras que en el 2007 esta cifra fue de 375,000, según Bowker, una empresa que analiza el desempeño de la industria. La compañía atribuyó una parte muy significativa de ese crecimiento al incremento de los libros publicados por encargo…


“Incluso cuando uno se encuentra cenando en una fiesta y pregunta cuántas personas desean escribir un libro, la respuesta de todos es: «Tengo uno o dos libros dándome vueltas en la cabeza», dijo Kevin Weiss, director ejecutivo de Author Solutions. «No parece que vaya a disminuir el número de personas interesadas en escribir»…


“La tendencia la impulsan también los profesionales que quieren utilizar un libro como tarjeta de presentación perfeccionada, así como la gente que crea libros para regalar a familiares y amigos…


”«Antes constituían una elite de pocos», dijo Eileen Gittns, directora ejecutiva de Blurb, una compañía que publica por encargo, cuyos ingresos crecieron desde $1 millón hasta $30 millones en solo un par de años, la cual publicó más de 300,000 título el año pasado. Muchos de esos libros tenían un carácter personal y solo los autores los compraban. «Ahora cualquiera puede confeccionar un libro cuya factura no se diferencia de los que uno compra en librerías»…


“…en una época en la que cualquiera puede crear un blog o poner sus reflexiones en Facebook o MySpace, la gente parece seguir prefiriendo la validación tangible un libro impreso…


“…la tecnología ha facilitado que los aspirantes a autores publiquen sin que les cueste mucho. Ya pasaron los días cuando la autopublicación significaba pagar a un impresor para que produjera cientos de ejemplares que acababan languideciendo en un garaje…


“Para algunos autores, el atractivo de la autopublicación es que pueden situar sus libros en el mercado mucho más rápido que si lo hicieran a través de las editoriales tradicionales…


“Por supuesto, los autores que toman este camino también se privan de otras ventajas. No sólo no reciben pagos adelantados, sino que incluso suelen pagar de su propio bolsillo por servicios antes de haber visto un solo centavo. Tampoco cuentan con la experiencia en mercadotecnia de las casas editoras tradicionales, sin contar con que tienen acceso limitado a las redes de distribución de las grandes editoriales…


“Durante un período de declive económico, los libros diseñados para un segmento estrecho de lectores pueden lograr más que los títulos de editoriales tradicionales que dependen de un atractivo más general…


”«A gran parte del contenido de este nicho les va muy bien en comparación con el resto de la economía, debido a que es muy útil para aquellos que tienen una necesidad muy específica», dijo Aaron Martin, director de autopublicaciones y ediciones por encargo en Amazon…


“Para muchos autores que se autopublican el nicho es demasiado pequeño. Weiss, de Author Solutions, estima que el número promedio de ejemplares que se venden de los títulos publicados por uno de sus sellos editoriales es de unos 150…


“No obstante, el sueño de muchos autores que se autopublican es ser descubierto por una casa editora tradicional, algo que ocasionalmente ocurre…


“Cuando Lisa Genova, una ex consultante de compañías farmacéuticas, escribió su primera novela, Still Alice, la historia de una mujer enferma de Alzheimer, fue ignorada o rechazada por unos cien agentes literarios…


«Genova pagó $450 a iUniverse para que le publicaran el libro y vendió ejemplares en librerías independientes. Un autor que la conocía descubrió el libro y puso a Genova en contacto con un agente, gracias a lo cual vendió Still Alice a Pocket Books, un sello editorial de Simon and Schuster, que le pagó por adelantado una cifra de seis dígitos y que este mes puso en librerías una nueva edición de la obra. Hizo su debut en la lista de best sellers de ficción en rústica que aparece los domingos en el New York Times, en la cual ocupó el quinto lugar…


“Genova comparó su experiencia con la de las bandas y directores jóvenes que utilizan MySpace o YouTube para atraer seguidores. «Es muy duro abrirse camino dentro del modelo tradicional de hacer las cosas», dijo…


“Louise Burke, editora de Pocket Books, dijo que las editoriales están a la caza de nuevos materiales revisando los comentarios de lectores sobre libros autopublicados que se venden en línea. La autopublicación, afirmó, «ha dejado de ser una mala palabra»…


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Comentario de un lector: “Son muchos los que consideran erróneamente que el único motivo de autopublicarse es obtener ganancias. Para muchos escritores crear una obra y compartirla constituye una recompensa en sí misma” (Todd Burlington, VT)


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En el mencionado artículo, principalmente se nos habla de lo bien que puede resultar una obra autoeditada, de cara a ser «descubierto» por las grandes multinacionales de la palabra escrita y, como no, se nos muestra el caso de una escritora norteamericana que acabó «montada en el dólar» de esa manera. Pues bien, pasemos a analizar el artículo y, sobre todo, las «joyitas» que va dejando caer poco a poco:

1) Habla de editoriales que han publicado 13.000 títulos en 2008, mientras que más abajo, reconoce que la media de ejemplares vendidos de libros autoeditados es de 150 por título. ¿No basta eso para ver definitivamente que el beneficio de la autoedición ha sido, es, y seguirá siendo de la editorial? Pongamos un ejemplo simple: 13.000 títulos multiplicados por 150 ejemplares son 1.950.000 libros vendidos por una única editorial. Supongamos un precio de $20 y que, como es autoedición, el escritor pudiera llegar a llevarse hasta el 70% del precio de portada (aunque no siempre es así). Estamos hablando de $6 por ejemplar vendido para la editorial, es decir, de un total de (agarraos a la silla) $11.700.000 por año para la «editorial». Con semejantes cifras, ¿quién se va a preocupar de la calidad de los libros, sabiendo que a poco que se vendan, se forran sin preocupación?. Y no olvidemos otro detalle: además de las ventas, la editorial previamente ha cobrado al autor, y siempre se le cobra más de lo que realmente va a costar la edición del libro. Beneficio seguro, y en muchos casos, autor contento, al tener su obra en tapa dura.

2) Volviendo al caso que usa de ejemplo, el de Lisa Genova, se menciona que las editoriales grandes parecen estar haciendo caso a los libros autoeditados, por si encerrasen pequeñas joyas no descubiertas. Suponiendo que eso fuera así (lo siento, pero dudo mucho que un gran editor o agente literario compre muchos libros autoeditados), parece que el autor del artículo ha olvidado mencionar que está hablando de Estados Unidos, donde, como menciona al principio, se publicaron o distribuyeron 480.000 títulos en 2008. Con que sólo un 1% de los autores (suponiendo un autor distinto por cada título) fuera «descubierto», estaríamos hablando de 4800 descubrimientos, que suponen un 6,4% de los 75.000 títulos que se estima se publican de media al año en España. Lo siento, pero aparte de que no son extrapolables a España las cifras de un país con 250.000.000 de habitantes, ni siquiera me creo que un 1% de escritores autoeditados (en Estados Unidos o España) pudieran ser descubiertos al año. Muchos de los que hemos enviado alguna vez un texto a una editorial o agencia literaria sabemos bien que una de las respuestas estándar es «Lo sentimos, pero tenemos todo cubierto con los autores que ahora llevamos». ¿De verdad alguien pretende hacernos creer que esos mismos editores o agentes recorren páginas como las de Lulu o Bubok en busca de joyas autoeditadas? Anda ya…

3) Todos los que hayáis seguido este blog sabéis lo que opino de la autoedición y la coedición. Si de verdad os sobra el dinero y vuestra idea no es la de vender vuestros libros como lo hacen los Pérez-Reverte, Mendoza, King, Larsson (QEPD), etc., no me opongo a que os autoeditéis, siempre siendo conscientes de lo que implica, pero no esperéis que la obra llegue a más que vuestros amigos y familiares, y tal vez vez algún internauta despistado, en el caso de que la anunciéis en un foro. Aquellos a los que os estén llegando los cantos de sirena de articulistas como quien escribió este tratado sobre la autoedición, o los publicistas de Lulu o Bubok, pensadlo dos veces. Es mejor esperar y, si la obra lo vale, publicar en una editorial tradicional, aunque sea pequeña y poco conocida, que autoeditar. Pensad en otra cosa: si vuestro objetivo es vender libros (tan válido como cualquier otro), ¿de verdad pensáis que la mayoría de lectores de este país van a acudir a una librería online? La mayor parte de la gente que compra libros, sigue prefiriendo pasear por los pasillos de una librería, auque sea la de un gran centro comercial, y palpar los libros. A otros les da miedo comprar en Internet y dar los datos de la tarjeta de crédito o la cuenta bancaria, y a otros, simplemente les da pereza o no saben cómo hacerlo.

Y para los que queráis compartir vuestros textos con todo el mundo, aparte de ventas, ediciones y demás, existen blogs, redes sociales, páginas de escritores y miles de opciones por las que no hay que pagar absolutamente nada. La autoedición, y la publicidad que sobre ella se hace, por regla general, no es más que un cúmulo de cantos de sirena y cifras que, por muy grandes que sean, sólo benefician al editor. Que una editorial metida en estas prácticas venda 300.000 libros en un año sólo me dice que la autoedición es un gran negocio para el editor, pero no dice nada ni a favor ni en contra de los autores, que, en definitiva, deberían ser lo más importante. El activo más importante de una editorial lo conforman sus autores, sin los cuales no hay libros que vender, ni calidad que publicitar.